Nadie dijo que comer alimentos de todo tipo fuese malo. Ni que probar los de otras culturas fuese un pecado. Pero hay que reconocer que somos unos afortunados por disfrutar de nuestros alimentos, de nuestra cocina; en definitiva, de la cocina mediterránea. Porque nos guste más o menos, es una cultura gastronómica –o una dieta, como la suelen llamar- con muchas influencias culturales, y una de las más beneficiosas del mundo.
La zona del mediterráneo es muy amplia y con muchos contrastes, entre los que destacan los gastronómicos. Las características geográficas de las zonas que rodean este mar han hecho posibles siglos de intercambio cultural, que han desembocado entre otras cosas en lo que comemos en nuestro día a día. Por eso, en el mediterráneo tenemos nuestros alimentos, nuestros platos…nuestra cocina.
¿Qué debemos saber de la dieta mediterránea?
Verduras, frutos secos, cereales o el aceite, entre tantos otros alimentos locales y muchos de ellos de temporada. Cómo negar lo que la UNESCO ha declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde el 2010.
Todos sabemos algunos detalles de la dieta mediterránea pero: ¿cuáles son sus características básicas comunes? Aquí te explicamos algunas de ellas:
- Consumo alto de hidratos, fibra, cereales o legumbres.
- Consumos bajos de grasas saturadas, de origen animal como carnes. En este caso, destacar el consumo moderado de carnes, especialmente blancas.
- Consumo moderado de pescado.
- Consumo de ciertas hierbas aromáticas como el tomillo, el romero o el orégano.
- Consumo de antioxidantes naturales como las naranjas o los limones.
- Beber algo de vino en las comidas. Antiguamente existía la creencia de que era beneficioso para la salud y las últimas décadas se ha demostrado: evita la aparición de enfermedades cardíacas, mentales, o incluso de colesterol. ¿Por qué es tan beneficioso? Según los expertos, por una sustancia llamada resveratrol químico, que contribuye a retardar el proceso inflamatorio o degenerativo de nuestro cuerpo. En definitiva: ayuda a mantenernos jóvenes.
- Consumo de grasas basado en ácidos grasos monoinsaturados, como los del aceite de oliva, uno de los alimentos más sanos del mundo. Sus propiedades antioxidantes están contrastadas. Además se le ha descubierto recientemente otro componente llamado oleocantal, un elemento que, según los expertos, nos previene contra el cáncer.
Todo esto ayuda a reducir la obesidad y el colesterol, lo que implica tener una mayor esperanza de vida. Además, previene contra las enfermedades degenerativas. Por todo esto y más, debemos pensar en la dieta mediterránea más de lo que lo solemos hacer. Porque somos unos afortunados al poder distrutar de nuestra dieta.
(Fotografía: Ismael Villafranco)